Xavier Izquierdo
Blog / Disruptive Technologies
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“El conocimiento como respuesta a los retos de los procesos de transformación urbana de la ciudades 4.0”. Estamos viviendo un cambio de era, un momento histórico en el que se producen unas transformaciones que cambiaran los patrones con los que hemos convivido en la época contemporánea, el modelo económico y social que hemos conocido está tocando a su fin.
Esa es la profundidad de esta nueva realidad, no perdamos la mirada en los gadgets de última generación, nos encontramos ante un nuevo paradigma, el paradigma de la ciencia de la tecnología y de la información que en un mundo globalizado, expande y replica cualquier novedad a una velocidad desconocida hasta ahora, y que sigue creciendo sin límites. Este nuevo paradigma transformará la realidad de las personas, transformará la economía, el ocio, los modelos sociales, el mundo laboral, la política, en resumen transformará toda nuestra realidad, y por ende, nuestras ciudades.
Nos quedamos sin tiempo para la reflexión, para el análisis de los objetivos y la estrategia para conseguirlos. “El análisis lleva a la parálisis” propugnan los defensores de esta época de transformaciones rápidas y veloces, que se saltan esta fase del proceso de raciocinio en la toma de decisiones. La rapidez y la velocidad son los valores preponderantes en el mundo del postureo instagramer, en el que nadie se hace responsable de los resultados y que encuentra como réplica, la primera corriente intelectual de la historia defensora del “anti-progreso”, que se opone a esta nueva tendencia con el argumento de que sin análisis no hay un progreso sólido y adecuado para las personas.
Los procesos de transformación poliédricos y globales que estamos viviendo y que viviremos en los próximos años (muchos menos de los que algunos creen) y que ya he citado anteriormente (sociales, económicos, políticos, laborales, etc...) se plasmarán de una manera clara en las ciudades. Unas ciudades que crecerán exponencialmente y que tendrán ante sí un gran reto, su sostenibilidad, también poliédrica: energética, medioambiental, alimentaria, social, económica, etc.
Los cambios y las transformaciones se realizan en territorios, y en los territorios más grandes es donde más rápidamente se reproducen y se expanden; esos territorios siempre han sido las ciudades, pero en el nuevo escenario global, este hecho será más agudo, con unes urbes que se desplegaran de una manera ostentosa y que absorberán todo tipo de protagonismos, entre ellos el que actualmente poseen los estados nación y que mutaran hacia las ciudades nación. En estas ciudades se desarrollarán, implantarán y se desplegarán todos los ítems tecnológicos de los que estamos oyendo hablar: Inteligencia artificial, Big Data, IoT, Robótica, 5G, etc... y por tanto es aquí donde se jugará la partida del desarrollo de esta nueva era.
Es fundamental no perder nuestra esencia, las personas deben estar siempre en el centro de los cambios y deben ser lo más importante, una frase que parece absurda, pero que no lo es tanto; parece que a la nueva humanidad, le molesta los humanos y lo que es peor, la falta de criterio para ser más felices o como dijo recientemente el filósofo surcoreano Byung-Chulhan “Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”.
Una vez que conocemos que el terreno de juego son las ciudades, es necesario pensar en lo que hay dentro: los ciudadanos, que, casualmente, son las personas. Aquí es donde se deben centrar los objetivos, en las ciudades, para mejorar la vida de sus ciudadanos y como modelo para replicar en otros territorios: islas, pueblos, etc... De nada sirve hablar de procesos de economía circular en la gestión del ciclo del agua, por poner un ejemplo, de su optimización y eficiencia, si un porcentaje importante de esos ciudadanos no pueden pagar el recibo del agua, y por tanto acceder a ese recurso.
Smart Cities, smart citiziens Es fundamental establecer unos objetivos que den respuesta satisfactoriamente a los retos que nos van a plantear las ciudades 4.0 y que las conviertan en unas ciudades mejores para las personas. Objetivos que se deben definir y ejecutar con una estrategia, porque su realización no será fácil y si, se deberá realizar sin parar el mundo, porque, a la velocidad que va ahora, no parece que tenga intención de hacerlo, citando a Xavier Marcet, refiriéndose a las nuevas empresas: “debemos mejorar las prestaciones de nuestra bicicleta sin dejar de pedalear”.
Los objetivos que debemos definir deben atender a la mejora de la vida de las persones que mayoritariamente, vivirán en las ciudades, unes ciudades que deberían expandirse con ese criterio más humanista, recuperando valores fundamentales como la ética y que de facto ya lo está haciendo, con la implantación de los modelos colaborativos y la consciencia medioambiental por citar dos ejemplos de tendencias.
La tecnología es la poderosísima herramienta que nos permitirá implantar los objetivos de los que hablábamos antes, la salvaguarda de los mismos. Una tecnología que se expande y se desarrolla exponencialmente cada segundo en todos los rincones del mundo y que hará realidad los objetivos que deberán mejorar la vida de los ciudadanos.
La expansión y desarrollo de todas las tecnologías, en plural, como los datos convertidos ya en el nuevo petróleo del siglo XXI, la reutilización de los recursos naturales sin la perdida de una sola de sus unidades o medidas, la robótica o la IA entre otras, y las nuevas infraestructuras para el despliegue de estas tecnologías, como son las nuevas redes de telecomunicaciones, pueden convertir todos nuestros objetivos en realidad.
Hagámonos las preguntas correctas, definamos cuales son nuestros objetivos como ciudad y estemos tranquilos, porque la tecnología para llevarlo a cabo ya existe en algún rincón del mundo, y si no existe, existirá en un breve período de tiempo. La explosión en el desarrollo de la tecnología es la que nos lleva a esta nueva era; el nuevo paradigma de la tecnología permite encontrar soluciones a todas nuestras preguntas, y expandirlas por todo el planeta gracias al mundo globalizado donde vivimos.
Limpieza urbana: robot vs humano Pero no olvidemos nunca que la tecnología es el vehículo, nunca el objetivo, porque si lo hacemos, los debates morales, éticos, políticos, económicos o sociales se decidirán aquí, y eso sería un error de tamaño mayúsculo.
El post-humanismo no puede desarrollarse en el ámbito de las tecnologías y si en el de la ética, los nuevos modelos laborales con la reducción de muchos puestos de trabajo poco cualificado por la irrupción de la robotización en las fábricas o al contrario, los profesionales instalados los siete días de la semana en su portátil, que les hace vivir en un estado de esclavismo autocomplaciente o la crisis de los modelos de transporte tradicionales con las infraestructuras viarias y ferroviarias tradicionales sustituidas por las infraestructuras de telecomunicaciones y las impresoras digitales, no pueden dilucidarse por el avance de las tecnologías de una manera expansiva y sin el análisis previo del que hablábamos anteriormente.
¿Cuál es la mejor herramienta para dar respuesta a estos nuevos retos? ¿Cómo podemos generar criterio para una correcta toma de decisiones ante todas las posibilidades con las que nos vamos a encontrar? La respuesta está en el conocimiento. El conocimiento también se expande de la mano de las tecnologías, ya existe, y existen pensadores y científicos que están desarrollando sus teorías a una velocidad como nunca antes se había hecho, gracias justamente a la tecnología. Pero es importante desarrollar estos modelos de una manera global, compartida, de una manera holística.
Vertebrar ese conocimiento es la asignatura pendiente. Los avances tecnológicos permiten desarrollar muchos campos que ya hemos comentado con anterioridad, como son la robotización, la eficiencia energética o el ciclo de un bien cada vez más escaso como es el agua; pero debemos tomar consciencia que la implantación y desarrollo de estas tendencias y nuevas realidades, pueden generar un impacto valiosísimo en diferentes campos y ámbitos, y por tanto generar múltiples sinergias; y eso tiene implicación en organizaciones del sector privado y del sector público.
Por tanto la vertebración del conocimiento para optimizar y hacer eficaces y eficientes las acciones que realicen las organizaciones es la gran herramienta con la que contarán estas, para mejorar sus registros y llevar adelante sus objetivos ¿Y que hacemos con ese conocimiento vertebrado? ¿Cómo lo ponemos en práctica? La respuesta es ponerlo a disposición de los responsables en la toma de decisiones, a través de la difusión del mismo y de la formación académica.
La realidad de las nuevas ciudades es una realidad holística, multidisciplinar y poliédrica; por tanto no podremos tener una visión ni unos liderazgos autoritarios, deberán ser amplios y abiertos; los nuevos gestores de las ciudades, públicos y privados, deberán tener el conocimiento necesario en cada uno de los ámbitos que forman parte de esa gestión, pero no podrán ser expertos en todos ellos; deberán liderar equipos y proyectos transversales y colaborativos y por tanto conocer todas las materias, liderando y coordinando equipos de colaboradores con una maestría mayor que la suya.
El nuevo gestor, directivo o en resumen, el nuevo líder, será el que tenga una visión más amplia y global de todos los ámbitos de la ciudad. Ese es el proyecto que hemos iniciado conjuntamente la institución académica ZIGURAT Global Institute of Technology y el think tank Knowurbannet; la vertebración de ese conocimiento que aportan unos expertos de reconocido prestigio en sus diferentes campos profesionales plasmado en un Máster Internacional para los nuevos líderes del siglo XXI. La formación en el conocimiento de los diferentes campos que afectan a esos procesos de transformación urbana, permitirán a los estudiantes, adquirir el conocimiento necesario para liderar esas nuevas ciudades, las Smart Cities, para convertirlas en lugares tecnológicamente, medioambientalmente, económicamente y socialmente óptimas para los ciudadanos.
Nos encontramos frente a un cambio de época, que ha sido bautizada de muchas maneras: cuarta revolución industrial, era digital o Smart Cities, e igual que ya han existido otros momentos históricos como el renacimiento o la revolución industrial, ahora también vivimos uno, pero éste se produce a una velocidad desconocida hasta ahora, debido al desarrollo exponencial de las tecnologías y con una expansión inmediata por efecto de los modos de globalización actuales.
La velocidad y las posibilidades en los cambios que nos pone a disposición el impresionante avance de las tecnologías, hace que lo realmente complicado sea la toma de decisiones, por desconocimiento o falta de criterio. Los avances van más rápidos que nuestra capacidad de compresión, y por eso se implantan en sus modos más superficiales, en los gadgets o los dispositivos. Pero todas las posibilidades que nos ofrece este nuevo paradigma digital plasmado en la gestión de las ciudades, puede suponer también un gran avance en la calidad de vida de los ciudadanos; cuestión que solo será posible si nos planteamos primero las preguntas correctas, las necesidades de las personas, las cuestiones vinculadas a nuestras vidas.
Es por ello que debemos definir cuáles son nuestros objetivos como ciudades y como territorios, ciudades más sostenibles energéticamente, abiertas y transparentes, con un espacio público y una movilidad que las haga saludables y amables para la ciudadanía, accesibles y adecuadas en sus prestaciones en todos los ámbitos: educativos, sanitarios y sociales e incluso generadoras de oportunidades en los ecosistemas de las nuevas economías. Y es necesario seguir un orden:
Primero las personas, debemos definir los objetivos para ellas y lo debemos hacer colaborativamente, con la máxima participación posible de todos: universidades, AAPP, ciudadanía y empresas. Segundo, definir la estrategia para la ejecución de esos objetivos; una estrategia que ya no será rígida y sacrosanta, será dúctil y revisable en continuo, pero existirá Tercero, la elección e implantación adecuada de las posibilidades que ofrece una tecnología que debemos entender como ya existente, porque la velocidad a la que se desarrolla, nos permite más posibilidades de las que seamos capaces de imaginarnos.
El desarrollo de la tecnología, nos ofrece una nueva variable, nos propone nuevos objetivos que debemos situar bajo los criterios humanistas y una vez replanteados, devolverlos a la tecnología para ejecutarlos. Esta es una cuestión fundamental, en los cambios de época anteriores, los ámbitos de cambio eran menores, ahora los impactos son múltiples gracias al desarrollo de los datos. Los datos actualmente ya tienen el componente de predicción del futuro; esta cuestión puede tener un valor muy positivo, la predicción de los impactos que van a generar los cambios que vamos a poner en práctica, ergo podemos prever los efectos nocivos o los impactos negativos para las personas y corregirlos antes de llevarlos a la práctica, mejorar la toma de decisiones y cada vez menos, desconocer algunos de los efectos secundarios que se darán en la implantación de algunos de esos cambios.
Nos enfrentamos a unos retos mayúsculos en las nuevas ciudades 4.0, unos cambios que no van a ser cosméticos o superficiales, van a ser profundos y estructurales, y por tanto será fundamental definir bien los objetivos, las estrategias y la toma correcta de decisiones y esos solo se puede conseguir con conocimiento, cuanto más y mayor, mejor; un conocimiento que viviremos en continuo y que, de una manera muy positiva, nos permitirá corregir los errores que podemos cometer casi de inmediato porque la tecnología nos ayudará a ello, pero conocimiento al fin y al cabo. Creación, vertebración, difusión y formación en el conocimiento para la construcción de las Smart Cities del siglo XXI.
Xavier Izquierdo
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