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La arquitectura industrial muchas veces parece jugar un papel secundario frente a la arquitectura general, aquella con mayúsculas. Sin embargo, este proyecto de mantenimiento de una flota de autobuses es una muestra de cómo el diseño técnico e industrial es una obra de ingeniería con mucho para ofrecer.
Desarrollar el proyecto de manera eficiente y profesional supone muchos retos. Sobre todo teniendo en cuenta la importancia de respetar los márgenes económicos previstos, los plazos de ejecución, y la entrada en servicio. Además, requiere de una maquinaria muy bien engrasada para lograr el éxito, y poner en valor la imagen corporativa de la marca de manera clara y nítida.
Desde el primer momento, se entendió que la gasolinera tenía una importancia central. Su ubicación estableció el punto de partida, además porque concentraba los talleres de mantenimiento y las oficinas. Esto pedía un tratamiento diferenciado. Es así como surgió la necesidad de privilegiar su impacto visual, sin dejar de lado el conjunto.
La gasolinera, como elemento central de la estación de servicio ha jugado durante el siglo XX. Se trata, en definitiva, de un lugar común en la arquitectura moderna. Teniendo el antecedente reciente del proyecto firmado por Norman Foster, siguiendo la propuesta del maestro Félix Candela con sus Hipars, el listón estaba muy alto; hacía falta pues una cura de humildad y ajustarnos en nuestro programa.
Desde una libertad formal absoluta, y siguiendo siempre las directrices del programa del cliente, se interpretó que la estructura de la gasolinera debía tener un pequeño protagonismo. Así, en una primera lluvia de ideas, salieron algunos elementos de reflexión sobre su diseño
- Contención formal pero no exento de interés. Ligereza.
- Rehuir del exhibicionismo gratuito. Solución fácilmente construible.
- Resaltar la imagen de marca. Colores corporativos claros
A partir de aquí, se hizo evidente que se tenían que reducir al máximo los elementos de apoyo, que el material estructural que nos permitiría esta solución era el acero. Y para aligerar al máximo la estructura se tenía que utilizar varias soluciones a la vez, de las cuales destacamos dos:
Por otro lado , y para transmitir cierta idea de ligereza, los pilares de apoyo contra la placa, se desplegaron como las ramas de los árboles. Es decir, con varios puntos de apoyo y desligados del eje, haciendo que el punto de contacto se hiciera con tubos rígidos de pequeño diámetro, rompiendo visualmente la continuidad estructural.
Partiendo de las plantas y el levantado, con las dimensiones de necesidades, se hizo un primer tanteo a mano. De hecho se siguió el método tradicional para saber los parámetros de cálculo y los dimensionados posibles.
A partir de esta primera aproximación quedó claro que los voladizos, por su importancia, condicionaban la situación de los pilares, rechazando así la solución de un solo pilar centrado. Esto nos llevó a la solución de “desdoblar”, en sentido transversal, los pilares de apoyo para controlar los momentos en sentido transversal. Para limitar los momentos sobre los pilares, se redujeron las luces de vuelo, poniendo unos espaldarazos arborescentes, a modo de jabalcón, sobre las pilares.
Dado que la placa de la visera transmite la carga sobre los pilares a través de este jabalcones, se diseñó una retícula de tubos más rígidos capaces de hacer la transición sin un aumento de tensiones locales.
Finalmente, para limitar la flecha de los voladizos, aprovechando los desagüe de la cubierta, el efecto del pliego central, rigidiza también el comportamiento de la placa.
La importancia del cálculo manual, hoy claramente en desuso, es insustituible ya que permite encajar la estructura y percatarse de los parámetros dominan el diseño. En este aparecen claramente los momentos flectores de los voladizos.
En segunda fase, el cálculo más fino, estudiando el efecto del viento y las alternancias de acciones, nos permite dimensionar los jabalcones y los pilares.
Solución de estructura reticulada con refuerzo en los capiteles Detalles, uniones y nudos con el programa TEKLA
En fase final de construcción, el Programa TEKLA, nos permite afrontar los detalles de las uniones.