Blog / Ingeniería de Instalaciones MEP
Como líderes en la formación en climatización y eficiencia energética sabemos que la calidad del aire interior (CAI) es esencial para la salud y el bienestar de los ocupantes de los edificios. Los criterios de sostenibilidad, como BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology) o LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), ayudan a garantizar entornos saludables evaluando diferentes aspectos de la construcción.
Estos últimos analizan todas aquellas funcionalidades relacionadas con el entorno de una edificación y de la propia edificación, con la misión de certificar y valorar, cualitativamente y cuantitativamente, el grado de sostenibilidad de cada una de esas características. Por ejemplo, estos criterios pueden certificar el grado de sostenibilidad en aspectos como el uso de agua, la energía y la eficiencia energética.
En cualquier caso, dichas funcionalidades sirven para evaluar el impacto positivo del diseño y construcción sostenible en los edificios, es decir, analizar la reducción o eliminación del impacto negativo en el medio ambiente cuando se aplican ciertas medidas de actuación. Por ejemplo, se pueden evaluar las medidas correctoras en el “Uso del agua” para la reducción del “Consumo de agua” dentro del edificio; por consiguiente, se estudian aquellas medidas adoptadas para alcanzar ese objetivo, como podría ser el aprovechamiento del agua de lluvia o pluvial para su “Reciclaje”, etc.
Aplicando las claves de la arquitectura holística para la construcción de un edificio, se deben estudiar todas aquellas áreas que inciden directamente en ese edificio y su entorno. Son tales áreas la calidad ambiental interior, salud y bienestar, energía y eficiencia energética, planificación urbanística de la parcela, materiales, residuos, etc. En definitiva, se analiza el uso de todos aquellos recursos que afectan a la explotación y ciclo de vida del edificio, también a su zona de influencia, para así garantizar un buen “nivel de salud” medioambiental y de los ocupantes del mismo.
Por tanto, dentro de cada área es dónde se definen las funcionalidades a evaluar y certificar.
Para llevar a cabo la misión encomendada por los programas de sostenibilidad, se establecen una serie de criterios y requisitos de distinta índole, variables, dependiendo de los objetivos que se pretenden alcanzar con cada funcionalidad. Realmente, a través de este método de calificación parcial (por criterios) es lo que nos permite “medir” la sostenibilidad de forma global, para cada construcción en particular.
Si nos centramos en la calidad del ambiente Interior para la salud y bienestar de las personas que ocupan los edificios, se pueden evaluar aspectos tales como: calidad del aire interior, confort térmico, calidad del agua, eficiencia o protección acústica, iluminación interior, luz natural, etc. Para cada uno de ellos se establecen una serie de requisitos y criterios a cumplir.
Si nos centramos en algún aspecto en particular, como puede ser la calidad del aire interior, podemos encontrarnos con diferentes criterios a evaluar. Por ejemplo:
1) Criterio de evaluación para reconocer e incentivar un entorno interno saludable mediante la especificación y la instalación de sistemas de ventilación, equipos y acabados adecuados:
En el cómputo total de exigencias, se abordan conceptos muy específicos dentro de la disciplina de climatización y ventilación de espacios. Para su justificación, es necesaria la intervención de técnicos especializados en esa disciplina, capacitados para definir un correcto diseño e implantar alguno de los sistemas HVAC que permitan cumplir con las exigencias marcadas:
Si nos centramos en otro aspecto ambiental interior de los espacios de los edificios, como puede ser el confort térmico, podemos enfrentarnos a distintos criterios a evaluar. Por ejemplo:
1) Criterio de evaluación para garantizar, a través del diseño, la consecución de los niveles adecuados de confort térmico, así como la selección de los dispositivos de control necesarios para mantener un entorno térmicamente confortable para los ocupantes del edificio:
Para el confort térmico, de igual modo que sucedía para la calidad del aire interior y ventilación, se definen parámetros muy concretos dentro de la disciplina de climatización y ventilación de espacios. Para su justificación, vuelve a ser necesaria la intervención de técnicos especializados en esa disciplina, habilitados para garantizar un correcto diseño con alguno de los sistemas HVAC que permiten alcanzar el confort térmico deseado y exigido.
En cuanto a los perfiles profesionales, por un lado, podemos encontrar al técnico (o técnicos) cualificado, acreditado y habilitado para un determinado programa de sostenibilidad; por otro lado, podemos encontrar un técnico (o técnicos) especialista en una determinada disciplina (por ejemplo, climatización), no necesariamente habilitado y acreditado por el programa de sostenibilidad. En ocasiones, puede que se trate de la misma persona, pero, en muchos otros casos, puede que se trate de agentes distintos que colaboran en las diferentes fases del ciclo de viva de un proyecto.
De cualquiera de las maneras, la mayor parte de los datos técnicos, en los que se basan los criterios de las áreas de evaluación de los programas de sostenibilidad, pertenecen a disciplinas que requieren de un mediano o alto nivel de especialización en la materia (climatización, acústica, iluminación, energías renovables…).
Además de esta condición mínima necesaria de conocimiento, también debemos añadir 5 características indispensables:
Para saber más acerca se recomienda visitar los portales de información de los programas de sostenibilidad: BREEAM ES (Spain) y GBC (Spain).