Los proyectistas de cimentaciones se han encontrado, en muchas ocasiones, ante el dilema de la utilización entre lo que conocemos como cimentaciones superficiales semiprofundas, o bien , como alternativa, acudir a la cimentación profunda mediante pilotes.
Actualmente, este dilema, se está revertiendo mediante la utilización de los pilotes de hinca “cortos” que, mediante una tecnología mucho más madura, permite incidir en dos de los tres factores clave en la construcción: tiempo y coste. La calidad, en éste sistema es superior al de los métodos convencionales.
La importancia de las condiciones geotécnicas
Veamos, pues, cual es la situación, a partir de un ejemplo. En terrenos situados en riberas, cerca de ríos o de la orilla del mar, es frecuente encontrarse con capas poco resistentes en los primeros metros, no aptas para la cimentación directa, dado que las tensiones admisibles son pequeñas, y , además, producen asentamientos que superan en mucho los valores recomendables. Ante esta situación, y siempre después de un concienzudo estudio geotécnico, se intenta cimentar en capas resistentes a mayor profundidad.
Si seguimos las orientaciones de las normas, los pilotes que trabajan por punta y fuste, se recomienda que tengan longitudes superiores a los 6/10 metros. Por otro lado, la maquinaria de obra pública que se utiliza para la excavación de pozos para cimentación, cuando estos son de grandes dimensiones, también tienen una limitación operativa, que con pocas diferencias, se sitúan también entre los 4 y los 6 metros. Por tanto, más allá de las condiciones geotécnicas, también existen razones operativas en virtud de la maquinaria utilizada para su ejecución.
Pozos de cimentación
Excavación de pozos para la optimización
Precisamente por la poca capacidad resistente del terreno, en el caso de las cimentaciones superficiales semiprofundas, las zapatas resistentes acostumbran a ser de grandes dimensiones, lo cual obliga a
excavar pozos a cierta profundidad (entre 3 y 4 metros), que luego deben
rellenarse con material de aporte, generalmente hormigón pobre o en masa con árido de gran diámetro, también conocido como
ciclópeo. Esta técnica, ampliamente utilizada supone grandes volúmenes de hormigón, pero también tiempo de excavación. Siendo una solución correcta, supone incidir sobre dos de los aspectos que permiten
margen de mejora de tiempo y coste.
Maquinaria de pilotes de hinca
Cuando las capas resistentes se encuentran a mayor profundidad, más de diez metros, claramente, la solución correcta, pasa por la ejecución de pilotes, siendo
el modelo CPI-8, el más utilizado en la actualidad, si se recurre a la construcción “in situ”. Vemos pues que existe una profundidad, entre los 5-10 metros, que es, nunca mejor dicho,
”tierra de nadie”.
Qué son los pilotes de hinca “cortos”
Pues bien la aparición, de manera madura, de maquinaria y tecnología aplicada a
los pilotes de hinca “cortos”, esto es que puedan utilizarse en éste terreno que hemos llamado
“tierra de nadie”, de manera rápida y a precios competitivos, permite alzarse como una alternativa a la construcción de zapatas sobre pozos, con dos factores que mejoran los tres parámetros que inciden en la construcción:
tiempo, coste y calidad.
Los pilotes de hinca son prefabricados. Por tanto el control de calidad, por construirse en instalaciones fijas industrializadas, permiten optimizar las secciones y la utilización de hormigones de mejor calidad, pudiéndose, como es corriente en los países más avanzados las técnica del pretensado.
Las maquinarias de hinca, de gran potencia, permiten, en el caso de los pilotes “cortos”, tiempos de ejecución más ajustados, reduciendo por tanto los plazos de
ejecución de las cimentaciones. Ciertamente tienen un factor claramente en contra, sobre todo en obras ejecutadas en el interiores de núcleos urbanos, como es el efecto acústico. Pero esta solución es válida claramente en zonas industriales o portuarias.
Pilotes hincados
Y, finalmente, los pilotes de hinca, son aptos para trabajar también a tracción, lo cual permite
diseñar encepados de menores dimensiones, mucho menores, que las zapatas superficiales equivalentes.
Por todo lo comentado anteriormente, podemos ver como el método de hinca se va abriendo terreno en el campo del diseño de cimentaciones superficiales “semiprofundas”, con claras ventajas sobre las técnicas utilizadas hasta ahora.