En el presente artículo se tratarán los distintos acercamientos culturales y técnicos que el proyectista tiene que considerar cuando se plantea realizar una rehabilitación energética de un edificio existente. A través de la exploración de la relación entre conocimiento histórico y tecnológico se investigarán las herramientas necesarias para responder a uno de los más grandes retos de la época moderna.
En el sector de las construcciones la rehabilitación energética del patrimonio existente es actualmente una prioridad absoluta, necesaria para disminuir el impacto que los edificios tienen sobre el medioambiente y el gasto económico debido al suministro de energía para la climatización (imagen 1).
Cuando se trata de intervención sobre lo construido tenemos que tomar en cuenta que el acercamiento metodológico es completamente diferente en relación a la construcción de un edificio ex-novo energéticamente eficiente. En este sentido la intervención de rehabilitación del patrimonio existente implica la necesidad de considerar que estábamos trabajando sobre los “monumentos” entendidos como la “cultura material” (LE GOFF,1977).
Imagen 1: Ciudad de San Marino
Si analizamos la palabra “monumento” podemos rastrear que deriva de la palabra latina memini (memoria), que representa la única herencia del pasado que no deriva del resultado de interpretaciones subjetivas de los hechos históricos por parte del historiador. Por lo tanto, los edificios existentes representan la cultura material en cuanto testigos de la historia y representes físicos de la memoria colectiva.
En consecuencia, cualquier tipología de intervención sobre el patrimonio construido tiene que reconocer el valor de autenticidad de cada obra arquitectónica utilizando el conocimiento tecnológico como respuesta a la necesidad de mantener el valor de testigo de la historia.
El caso del Coliseo Romano: intervenciones de Stern y Valadier
Si analizamos el caso del Coliseo Romano, podemos admirar dos intervenciones de restauración realizadas en el 1807 y en el 1826 que tenían que resolver la misma problemática estructural necesaria para evitar el colapso del ala del Coliseo después de un fuerte temblor.
Desde el punto de vista metodológico los dos arquitectos han utilizado acercamientos muy distintos para lograr preservar el valor de autenticidad de la obra.
En la solución de Stern (1807) los arco del ala hacia el Laterano fueron consolidados a través de un sencillo contrafuerte de forma triangular. Esta intervención permite el mantenimiento de la autenticidad del Coliseo en cuanto se ha creado un contraste formal y de materialidad entre proyecto nuevo y existente. El monumento romano fue considerado como una pieza arqueológica. (Imagen 2)
Imagen 2: Intervención Stern 1807
Por otro lado, la segunda intervención, realizada por el arquitecto Valadier (1826) resuelve la misma problemática estructural a través de la imitación y restablecimiento de los arcos antiguos creando comunidad entre proyecto existente y nuevo. Esta tipología de rehabilitación privilegia la imagen completa del monumento, otorgando más importancia al valor simbólico y social (imagen 3).
Imagen 3: Intervención Valadier 1826
Esta teoría de la restauración fue utilizada también por Viollet-le-Duc en el caso de la reconstrucción de la catedral de Notre Dame de París en la mitad del siglo XIX y fue llamada la restauración “en estilo”. La restitución de los elementos originarios puede generar un fenómeno que en la terminología de la restauración se llama “falso histórico”. Un ejemplo evidente es el caso del “Campanile” de San Marcos en Venecia.
La reflexión anterior invita al debate sobre la posición del proyectista y la sensibilidad respecto a los sistemas de intervención en el patrimonio. En el caso de los procesos de rehabilitación energética es primordial valorar y conocer de forma detallada la historia, las técnicas constructivas utilizadas, la geometría y el funcionamiento térmico de la obra objeto de estudio. La falta de estos conocimientos puede llevar a la realización de un proyecto que no respete la autenticidad y el valor social / simbólico del monumento y que no tenga fundamento teórico como base de actuación.
Autoras:
Luna Cara, Arquitecta Ambiental por el Politécnico de Milán. Actualmente trabaja en el equipo de arquitectos “DalCinoAdorno Architetti Associati” Es certificadora ambiental y profesora del Curso de posgrado en Arquitectura y Construcción Sostenible y del Máster Internacional en Construction Project Management de Zigurat.
Marta León, Construction Product Area Manager en Zigurat Global Institute of Technology.